Hoy me desperté y tenía un mail de OpenAI.
” A ver qué han lanzado hoy, pensé”.
Pero no. Esta vez me hablaba de [Actualización de tareas].
Ayer, para probar la nueva funcionalidad “Tasks” le pedí que me generara una frase motivadora cada día a las 7am.
Dejando a un lado que el resultado era mediocre, que no necesito frases motivadoras en mi vida y que en vez de una, hizo dos veces la tarea y ninguna de ellas a hora exacta (ya sé que está en fase beta), me quedé pensando en cual era el sentido tiene esto.
Por un lado, como os decía ayer, se trata de la primera vez que se pone en manos del público una funcionalidad en la que ChatGPT es proactivo ejecutando una tarea que no responde a un petición concreta en el tiempo por parte del usuario (hasta ahora solo era reactivo).
Y pensé en cómo consiguió Google hacerse indispensable. Yo asistí a la llegada de Google trabajando en una .com y pude ver cómo y, sobre todo, por qué dejamos de utilizar Yahoo o Altavista.
Para mi, la pieza clave fue el buscador, pero incluso más aún, Google Maps.
¿Por qué? Porque puedo utilizar Safari pero no dejo de necesitar Google Maps. De esta forma, jamás abandonaré el ecosistema Google. Aunque utilice Opera o Firefox, seguiré usando Google Maps.
Y esto es lo que persiguen los asistentes. Ser necesarios.
En un mundo en el que la competencia en tecnología solo es temporal, ganará la batalla el que consiga ser el amigo que nos resuelva todo.
¿A nadie le sorprendió por qué OpenAI pagó tanto por el dominio “chat.com“? ¿y esa funcionalidad que pudimos ver por error la semana pasada en la que sugería dirigirse a él como “chatty” u otros nombres simpáticos? Porque buscan crear esa figura de amigo que nos ayuda en todo y son conscientes que, como pasó con Google, a veces la fidelidad no es por su función principal sino por la necesidad que crear cualquiera de sus funcionalidades por absurdas que nos parezcan.
Creo, personalmente que no es el caso. No necesito Tasks de momento, aunque estoy casi segura de que el camino que pretenden seguir es ese.
Hacerse imprescindibles y ser ese amigo que, tal vez, dentro de muy poco, cuando ya se haya ganado nuestra confianza, nos empiece a intentar vender cosas 😉